¿Traslúcido o transparente? ¿Esmerilado si o no? ¿Y si ploteamos?

Cuando queremos mayor privacidad en nuestro espacio de ducha se presentan varios problemas que en general no contemplamos. Hay que ver algunas cosas que los que no son especialistas no tienen en cuenta y una vez tomada la decisión no hay tiempo de volver atrás.
Es lógico no querer que nos vean mientras nos bañamos. Los cristales transparentes nos dejan en situación de total vulnerabilidad si alguien ingresa al baño mientras nos duchamos. Es común que en viviendas con un solo baño o niños nos veamos invadidos de forma inesperada.

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Frente a esta situación hay una propuesta de solución inmediata: usar en la mampara de cierre un cristal traslúcido o, directamente, opaco.
Aclaremos que los cristales transparentes son los que dejan pasar la imagen completa (los vidrios de las ventanas son transparentes). El traslúcido deja pasar la luz pero no la imagen o, al menos, se ve difusa. Por último el opaco no permite que se vea la imagen pero reduce también considerablemente el paso de la luz.

Usando tanto cristales traslúcidos como opacos (llamados comúnmente esmerilados) resultan cerramientos mucho más íntimos y el ingreso de alguna persona al baño no resultará problemático. Pero nos traen otros inconvenientes que hay que considerar:

  1. El cristal esmerilado es mucho más costoso que el transparente de similar espesor. El precio sube mucho por una prestación que no siempre se justifica. Pero esto no es todo…
  2. El cristal traslúcido o esmerilado hace que la mampara muchas veces se parezca más a un placard que a un cierre de ducha. La pared del fondo “avanza” y se achica la percepción del tamaño del baño.
  3. Un cristal de este tipo nos otorga intimidad pero no nos deja ver lo que pasa por detrás de él. Si hay un juego de diferentes revestimientos, una linda grifería o cualquier otro detalle decorativo solo lo ves… mientras te bañás.
  4. Estar dentro de un espacio de ducha en el que no ves hacia afuera es casi un calabozo. Además si alguien entra ¡no lo ves! Tenés que abrir la puerta de la mampara para identificar al invasor.
¿Es una mampara o un placard? No ves lo que pasa adentro. Ni tampoco podés mirar hacia afuera cuando te estás bañando.

Hay que tener en cuenta estas situaciones para tomar la decisión correcta y no llevarse sorpresas el día que colocamos la mampara.
Una opción muy frecuente y que da muy buen resultado es plotear la mampara con una película de vinilo. Tiene grandes ventajas y un costo accesible:
1. Podés hacer una franja angosta, que tape el torso del que se baña, mirar hacia afuera y conservar la visual completa del baño en toda su profundidad.
2. Los diseños y formas son infinitos. No hay límites para la imaginación.
3. El costo es inferior al de un cristal opaco esmerilado completo.

La privacidad del espacio de ducha es entonces un tema a considerar teniendo en cuenta esta premisas.
Consultá en Mamparas Box y te vamos a asesorar.

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